El espíritu emprendedor está en todas partes

En una era de globalización, como la que estamos viviendo, es cada vez más frecuente que los jóvenes emigren a ciudades cosmopolitas como Madrid o Barcelona. Ciudades en las que la oferta de empleo es bastante mayor que en otros sitios y desarrollar el espíritu emprendedor es más sencillo.

Pero, ¿qué pasa con los jóvenes proactivos que prefieren seguir viviendo en sus ciudades y pueblos natales? ¿No tienen también estos derecho a dedicarse a lo que les gusta a la vez que desarrollan sus vidas en un ambiente más “rural”? 

El éxodo rural es una de las problemáticas más comunes del siglo XXI en nuestro país. Muchas de las áreas no excesivamente urbanizadas, globalizadas y contaminadas se han visto afectadas desde hace unos años atrás por un vacío poblacional, intelectual y profesional cada vez más severo. 

El éxodo al revés: de la ciudad al campo

Sin embargo, una de las pocas cosas positivas que nos ha traído esta pandemia, es el cambio de tornas en cuanto al mundo rural y urbano. Cada vez más y más la gente va tomando conciencia de los beneficios de vivir en lugares con una menor densidad poblacional, contaminación y saturación en general. Aún así las grandes ciudades siguen en alza mientras que por el contrario las más pequeñas, junto con los pueblos experimentan un aumento en la media de edad de sus habitantes. 

¡El espíritu emprendedor de Béjar sigue intacto!

Pero no está todo perdido, aún hay jóvenes emprendedores que apuestan fuerte por el desarrollo de pequeñas empresas basadas en proyectos innovadores. Este es nuestro caso, y el de muchos como nosotros. 

Si has leído más artículos de nuestro blog, sabrás que Apapachoa nace en la pequeña localidad salmantina de Béjar, muy cerca también de Extremadura; dos de las zonas más afectadas por el descenso poblacional en las últimas décadas. Pero no por ello, menos caldo de cultivo de jóvenes emprendedores. 

¿Qué ocurre en la España vaciada?

El problema no es la falta de talento en la “España vaciada”, para nada. El problema es la falta de medios y apoyo a estos talentos. Muchos jóvenes se ven frustrados por las escasas expectativas de futuro en sus localidades natales, y a falta de buscar soluciones o luchar por un desarrollo profesional combinado con una mayor calidad de vida, se ven abocados a abandonar sus hogares y emigrar en busca de una estabilidad económica sin darse cuenta de la pérdida de calidad de vida que experimentarán. 

Entonces, ¿cuál es la solución? ¿un mayor apoyo a las iniciativas emprendedoras por parte de las instituciones oficiales? ¿Un mayor empeño por parte de los jóvenes locales por revertir la situación actual? ¿O una combinación de ambas? Lo que está claro es que espíritu hay más que de sobra, con una pizca más de agallas y apoyo gubernamental, entre todos podríamos conseguir que todos los rincones de este país sean idóneos para desarrollar nuevos proyectos al máximo exponente posible.