La terapia ocupacional, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el conjunto de técnicas, métodos, y actuaciones que previenen y mantienen la salud física y psicológica, a través de la realización de actividades con fines terapéuticos. Con dicha terapia, se pretende favorecer la restauración de funciones, suplir los déficits, valorar los comportamientos y su análisis para conseguir la mayor independencia posible y reinserción del individuo en sus aspectos laborales, mentales, físicos y sociales.
Esta profesión tiene una larga tradición en la historia, y nosotros te la contamos. Su origen data del año 2600 a.C en la antigua China, y fue posteriormente recogida por otras culturas los egipcios, griegos o romanos. La adaptación de esta por otras culturas ha logrado que llegue a nuestros días.
¿Cuándo se celebra?
El 27 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Terapia Ocupacional, fijada por la Federación Mundial de Terapia Ocupacional (WFOT) desde 2010. Este día tiene como objetivo visibilizar el trabajo y desarrollo de esta profesión, así como el impacto que tiene a nivel global.
¿Quién se encarga de ello?
El terapeuta ocupacional es la figura encargada de proporcionar las herramientas y tratamientos adecuados a cada paciente tras analizar su estado físico, psicológico y social. Su objetivo es que este pueda alcanzar una mejor calidad de vida y actuar de forma independiente y autónoma en su vida diaria.
Funciones del terapeuta
El terapeuta ocupacional es aquella persona con habilidades especiales obtenidas a través de la formación y de la experiencia, en una o más áreas de la asistencia sanitaria, y que en su labor, ofrece apoyo, entre otras. Las principales funciones y objetivos del terapeuta ocupacional son las siguientes:
- Prevenir y tratar cualquier discapacidad física, emocional o social en cualquier rango de la población.
- Evaluar los factores físicos, psicosociales, y del entorno. Estos factores influyen de manera perjudicial en la capacidad de las personas para desarrollar sus actividades cotidianas.
- Elaborar los programas de rehabilitación, estableciendo los distintos objetivos a seguir.
- Prescribir y ayudar en el entrenamiento con el uso de prótesis, órtesis y otras ayudas.
- Facilitar el aprendizaje de habilidades y funciones importantes para la adaptación al entorno.
¿Con qué personas trabajan?
Dichos profesionales ayudan a personas que se encuentran en una situación de dependencia o que tienen dificultades para desenvolverse en su entorno habitual, apoyándoles en cualquier rango de edad, como puede ser:
- Niños con algún tipo de discapacidad física, intelectual o sensorial que no han tenido un desarrollo comúnmente a lo esperado a su edad. El terapeuta tratará de que adquieran aquellas habilidades en las que tenga dificultades o carencias, como pueden ser a la hora de realizar las tareas escolares, relacionarse con los demás niños de su edad, aprender a jugar con sus juguetes, etc.
- Adolescentes y adultos que presentan alguna enfermedad, como esclerosis múltiple, ictus, lesiones traumatológicas, síndrome de Down, patologías psiquiátricas, etc., que les impide desarrollar su vida diaria con normalidad.
- Personas de la tercera edad, los cuales desarrollan enfermedades como párkinson, alzhéimer, etc. Empiezan a ver menguadas sus capacidades físicas, cognitivas o sensoriales. El terapeuta les ayuda en tareas tan imprescindibles como vestirse por sí mismos, alimentarse o participar en actividades sociales, entre otras.
Apapachoa, una ayuda complementaria
Nuestros muñecos terapéuticos, además de ser grandes aliados para los terapeutas, sirven de gran ayuda en el desarrollo de procesos y actividades enfocados a la recuperación de las personas. En Apapachoa apostamos por su uso en diferentes patologías con el firme objetivo de mejorar su bienestar y calidad de vida.
La terapia con muñecos es una metodología complementaria, que consiste en el uso de muñecos terapéuticos en las distintas intervenciones realizadas por el especialista. Estas sesiones con muñecos destacan por ser una de las más útiles dentro de las terapias complementarias. Puesto que, con los muñecos Apapachoa se consigue disminuir el sufrimiento y aumentar la felicidad de los pacientes, activando las partes más sentimentales y emocionales, debido al vínculo que desarrolla el paciente con el muñeco.
En personas con alzhéimer o algún tipo de demencia está comprobado que les ayuda a encontrar la calma con el simple hecho de interactuar con el muñeco o sostenerlo en sus manos, dando lugar a un sentimiento de alegría en estos pacientes. A la vez que les hace sentirse de nuevo útiles al sentir que alguien los necesita y pasan de ser cuidados a ser ellos los que cuidan.
También, puede ayudar a los niños con autismo o algún tipo de trastorno específico, ya que les estimula a reforzar sus habilidades, mejorar su comunicación con los demás… Ya que, a través del muñeco pueden expresar sus emociones o sentimientos de una forma más sencilla.