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El trastorno de estrés postraumático

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El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una afección de la salud mental que algunas personas desarrollan tras vivir algún evento traumático. Este episodio puede poner en peligro la vida, como una guerra, un desastre natural, un accidente automovilístico, la muerte repentina de un ser querido…

Un estudio publicado en febrero de 2021 encontró que el 30% de aquellos que habían superado el COVID-19 experimentaron trastorno de estrés postraumático. Otro de los grupos de mayor riesgo está compuesto por los trabajadores sanitarios que, según una investigación realizada por el Laboratorio de Psicología del Trabajo y Estudios de la Seguridad de la Universidad Complutense de Madrid, tras la primera ola de atención hospitalaria de la enfermedad, hasta el 53% de los sanitarios presentaban valores compatibles con el estrés postraumático. Además de todo ello, entre un 2% y un 8% de la población general padecerá este trastorno mental en algún momento de su vida.

Es importante recordar que no todas las personas que atraviesan por una situación traumática desarrollarán el trastorno por estrés postraumático. Normalmente en estos casos, los genes, las emociones y la situación familiar juegan un papel crucial.

Cómo identificar los síntomas

Normalmente, la sintomatología de la enfermedad comienza a manifestarse en los tres meses posteriores al episodio traumático, pero en otras ocasiones surgen más tarde. Los síntomas deben durar más de un mes y ser lo bastante graves para interferir en la vida diaria, en las relaciones personales o laborales. Hay cuatro tipos de síntomas en el estrés postraumático:

La dificultad para concentrarse puede ser uno de sus síntomas

Factores de riesgo

Después de un episodio o acontecimiento traumático es normal sentirse molesto, asustado y ansioso. En la mayoría de las personas estos sentimientos desaparecen después de unas semanas, sin embargo, hay quienes continúan padeciendo esos síntomas durante meses o años. Existen una serie de factores de riesgo, los cuales los podemos dividir en tres grupos:

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico lo realizará el psicólogo o psiquiatra, tras una evaluación de los síntomas que el paciente presenta. El tratamiento consiste en una combinación de medicación, psicoterapia y psicoeducación.

Sin duda, el mejor tratamiento para el estrés postraumático es el individualizado. Se tiene en cuenta cuestiones como la edad, el género, la preexistencia de enfermedades psiquiátricas, intensidad de los síntomas y factores propios del acontecimiento traumático.

¿Cómo puede ayudar Apapachoa en el estrés postraumático?

Los muñecos Apapachoa son una ayuda complementaria en la psicoterapia de este trastorno, ya que son una estrategia psicológica muy efectiva para tratar problemas emocionales. Estos muñecos terapéuticos funcionan como una herramienta que permite expresar y sacar fuera todo lo que está ocurriendo por dentro de las personas y de esa forma conocer de una forma más clara las dificultades y aspectos de la realidad personal.

Esta terapia complementaria se encuentra entre las más útiles para la estabilización de las dosis farmacológicas, ya que permite reducir la toma de los medicamentos empleados para trastornos emocionales y conductuales.

Las personas con estrés postraumático suelen vivir episodios de regresión al pasado en los que se suelen encontrar muy desorientados y agitados, al acariciar o sostener el muñeco en sus brazos se sienten tranquilos, calmados y mejoran su estado anímico. La interacción con nuestros muñecos los consuela y reduce los episodios de inquietud o sobresalto a la vez que reduce los comportamientos negativos que la persona presenta.

Por ello, su intervención ayuda a paliar los síntomas en las personas con una continua agitación y angustia, disminuyendo también los síntomas físicos como la tensión arterial o frecuencia cardiaca cuando se revive el acontecimiento traumático en forma de flashback.

El delicado diseño, suavidad y fabricación artesanal de los muñecos provocan un gran beneficio emocional. Ayudando a liberarse de todas las tensiones y mejorando el bienestar psicológico, tanto, del paciente como de los familiares convirtiéndose en una fuente de apoyo para afrontar este tipo de situaciones.