Los trastornos del lenguaje y de la comunicación hacen referencia a alteraciones muy variadas que, en general, tienen efectos sobre la comprensión, producción y uso del lenguaje. Afectan de forma persistente y no se deben a alteraciones sensoriales, auditivas o intelectuales.
Según el National Institute on Deafness and Other Communication Disorders, aproximadamente un 7% de las niñas y niños en edad escolar sufre alguno de estos trastornos. Esto no solo afecta a la función comunicativa, sino a otros aspectos como la construcción de conocimiento, el desarrollo de comportamientos disruptivos, las interacciones sociales y la autoestima.
Los trastornos del lenguaje pueden clasificarse en tres tipos:
- Del lenguaje receptivo: hacen referencia a la incapacidad de comprensión.
- Del lenguaje expresivo: referidos a la dificultad para expresar pensamientos e ideas.
- Trastornos mixtos: representan la incapacidad para hablar y entender correctamente.
¿En qué se diferencian unos trastornos de otros?
A la hora de hablar de trastornos del lenguaje y de la comunicación concretos, las diferencias son muy amplias. En general, hay dificultades para distinguirlos. Algunos de ellos son los siguientes:
- Dislalia: problema en el lenguaje expresivo que supone una articulación inadecuada de ciertos fonemas. Hace del lenguaje algo poco comprensible, dificultando la interacción social de los afectados.
- Disartria: dificultad del lenguaje expresivo producida por una alteración cerebral que limita el uso de los músculos de la boca, la lengua, la laringe o las cuerdas vocales.
- Disglosia: trastorno del habla habitualmente producido por alteraciones o malformaciones como, por ejemplo, el labio leporino (disglosia labial) o el frenillo corto (disglosia lingual). Como resultado, aparecen problemas de pronunciación.
- Disfemia: se trata de un trastorno del habla conocido habitualmente como tartamudez que produce dificultades en la fluidez comunicativa. Da lugar a bloqueos que interrumpen el ritmo del habla.
- Disfasia: es un trastorno mixto producido como consecuencia de un daño cerebral o condiciones cromosómicas y genéticas particulares. Desemboca en una alteración en la comprensión y expresión del lenguaje, disminuyendo la capacidad comunicativa.
- Dislexia: es uno de los trastornos del lenguaje más conocidos. Hace referencia a la dificultad para reconocer letras, leer, escribir y relacionar los sonidos del habla con las palabras.
Importancia de la adaptación en la educación
Estos y otros trastornos, en muchas ocasiones, dificultan especialmente la interacción social con sus iguales de los niños y niñas afectados, sobre todo en sus entornos sociales más habituales: los colegios. Es por ello que la formación para docentes resulta fundamental con el fin de que sepan cómo guiar a los alumnos afectados hacia la mejora y la mayor normalización posible en sus procesos sociales. En este contexto, toman especial importancia los especialistas de audición y lenguaje, encargados de tratar los problemas de comunicación e interacción social en los centros escolares.
Algunas medidas generales tomadas para asegurar el próspero desarrollo educativo de los niños y niñas afectados por estos trastornos son las siguientes:
- Combinar la información verbal y visual.
- Hacer observaciones positivas de su trabajo a través del elogio.
- Mejorar la autoestima mediante las oportunidades de realizar aportaciones en el aula.
- No hacer leer en público en contra de su voluntad.
- Permitir el aprendizaje con instrumentos alternativos de lectura y escritura como tabletas, lectores electrónicos o audiolibros.
¿Cómo puede ayudar Apapachoa?
Desde Apapachoa, tratando de hacer frente a estas dificultades, elaboramos muñecos terapéuticos para ayudar a mejorar la expresividad y comunicación de la población. El objetivo es servir como base de estimulación cognitiva, emocional y social, tratando de aumentar el bienestar psicológico y la calidad de vida. El uso de los muñecos en los casos de trastornos relacionados con el lenguaje y la comunicación mejora las habilidades de interacción, la empatía y la autoestima. Esto se realiza desde fundamentaciones teóricas como la teoría del apego de Bowlby. Esta teoría expone que, desde el nacimiento, el ser humano tiene la necesidad de desarrollar una relación con al menos un cuidador para asegurar su desarrollo social y emocional.
El juego utilizando muñecos y robots, según diversos estudios, es uno de los métodos más beneficiosos para mejorar la comunicación en niños con trastornos del lenguaje. Es por ello que consideramos que nuestros muñecos Apapachoa pueden desempeñar un papel fundamental en este proceso, así como en el desarrollo de las habilidades de interacción social, el estado emocional y la autoestima de los más pequeños.
